Los bebés poseen las defensas un poco más bajas de lo normal, ya que se están adaptando al entorno en el cual van a vivir. Durante 9 meses estuvieron protegidos por el vientre de sus madres, pero una vez ellas dan a luz al recién nacido, se expone al ambiente contaminado en el cual vivimos actualmente.
Para nadie es un secreto, que las madres son las más protectoras con sus hijos recién nacidos porque tienen un afecto incomparable que hace que se preocupen por todas las cosas que necesita su bebé, desde la alimentación hasta la limpieza. Sin embargo, en algunas ocasiones, la falta de madurez y experiencia podría ser un factor que juegue en contra ante enfermedades simples como los resfriados, muy comunes sobre todo en épocas de invierno.
El resfriado en los recién nacidos s es más común de lo que creemos, porque están en pleno crecimiento y desarrollo, razón por la cual son muy curiosos de todo lo que ven. Es por ello que son muy sensibles a contraer un resfriado común por la cantidad de virus que los pueden estar rodeando en sus hogares o guarderías, pues este tipo de enfermedad afecta a gran cantidad de la población gracias a su fácil transmisión. Según algunos estudios realizados por universidades reconocidas, el resfriado es de la enfermedades que se presenta con mayor frecuencia entre las personas adultas y niños.
Síntomas del resfriado en un bebé
Los síntomas comunes del resfriado son la tos, dolor de cabeza y malestares generales, que son detectados de forma más fácil en los adultos, pues la experiencia acerca de lo que han vivido les da la habilidad para poder descubrir la enfermedad cuando está en sus inicios y tomar precauciones, como tener un descanso más duradero para que los síntomas no sean tan severos y se puedan recuperar más fácil.
Algo que diferencia radicalmente a un bebé resfriado de un niño o adulto es que no puede comunicarse de forma fluida y eso dificulta la capacidad de avisar de manera exacta que están sintiendo malestares, por lo que los padres o adultos responsables del pequeño deben ser muy cuidadosos y observadores acerca de los cambios que presente, como puedan ser un goteo en su nariz que simboliza que está teniendo secreciones mucosas, aumento en el llanto, pérdida de apetito, entre otras variaciones anormales al comportamiento que tiene un bebé sano (aunque tampoco debemos volvernos loc@s a la mínima, debemos estar al tanto de estas cosas).
Recuerda que un bebé es una responsabilidad grande para cualquier persona, si detectas algún cambio en su comportamiento, la mejor opción es siempre consultar con un especialista para que le realicen los chequeos pertinentes y así, evitar complicaciones y descartar enfermedades.