Desde muy pequeños, los controles semanales de tu bebé serán frecuentes para ir al médico. Pero a medida que pasan los meses, las visitas se expanden, básicamente para realizar un control de peso y crecimiento, y de poner las vacunas que deben tocar.
Ahora bien, cuando el bebé se pone en enfermo, las visitas al médico suelen ser frecuentes. Suele suceder que, cuando los padres son primerizos, cualquier síntoma de alarma hace que llamemos al pediatra. Si nos hemos de quedar más tranquilos no cuesta nada hacerlo, pero no debemos exagerar. Además, te contamos cuándo es mejor visitar al pediatra en determinadas ocasiones o bien acudir a urgencias directamente.

Debes visitar al pediatra si tu bebé tiene:
Fiebre alta. Unas décimas de fiebre no crean alarma, pero si el bebé tiene 38º es mejor acudir al pediatra para descartar toda clase de causas. Es síntoma de una enfermedad, pero puede ser que cese rápidamente con la ingesta de medicamentos para ello.
Vómitos. Cuando vomita varias veces durante el día, podemos ir al médico. Pero no siempre es señal de alarma porque es algo normal, ya que algunas veces, al estar el bebé constipado, puede vomitar mocos. Es importante hidratarlo muy bien, con agua, al haber expulsado parte de comida y líquido. Es posible que el niño no tenga mucha hambre, pero es algo normal y momentáneo.
Diarrea. Cuando la diarrea dura ya bastantes días (5 aproximadamente) y el niño cada vez tiene menos hambre, es normal que acudamos al médico. La diarrea suelen estar provocada por un virus que se pasa de unos niños a otros, y se va con el paso de los días. Aún así es recomendable que el médico examine al bebé y nos diga cómo ha de comer durante este tiempo.
Dolor de oídos. Aunque es difícil averiguar que a un bebé le duelan los oídos, sí puede deducirse si llora constantemente, se queja, se toca las orejas y está constipado pero sigue llorando. Puede tratarse de una otitis y solo se cura con antibióticos que nos recetará el médico.
Tos persistente y ronquera. Los bebés pueden coger bronquitis leve rápidamente. Una tos persistente que no se va ya es motivo para que vayamos al médico. Si le cuesta respirar y tiene ronquera es posible que tenga un principio de bronquitis y necesite de algún complemento para respirar mejor.
Por supuesto debemos acudir al médico cuando el niño se ha caído o ha tenido un golpe algo severo en la cabeza.
Fuente imagen: papis.com.ar